Juan Luis Iborra volvió el miércoles con otra de sus comedias, Enloquecidas, que tendrá vida comercial garantizada a juzgar por las risas que despertó en el Teatro Cervantes. Todo empieza con una noche de sexo y acaba con un complot asesino. Por el camino nos encontramos diálogos ingeniosos, situaciones rocambolescas y un "petardeo" que parece salido de cualquier comedia de Pedro Almodóvar. Verónica Forqué, Silvia Abascal y Concha Velasco poseen la química de las grandes comedias de George Cukor, aunque tanto a la primera como a la tercera se las echó de menos en la rueda de prensa. En ese espacio comunicativo entre artistas y prensa que son las conferencias, Silvia Abascal recordó sus orígenes en el Un, dos, tres y su relación profesional con la Forqué, que comenzó con la caústica Pepa y Pepe. Cuando le recordé su personaje en aquella serie de éxito, me respondió que hacía muchos años ya de eso. El tiempo ha pasado, sí, pero ella ha logrado mucho desde aquel canto a la familia desastre.
Al día siguiente, la película estrella fue Pretextos, el debut de Silvia Munt en la dirección de un largo. Según nos contó en la rueda de prensa, la película nace de un caso cercano a la actriz y directora catalana, el de una conocida que cometió suicidio. A partir de ahí, Munt elabora un discurso triste, de fotografía árida y de personajes desesperados. Un matrimonio infeliz, una enfermera de geriátrico con tendencias suicidas y un joven que alivia su aislamiento grabando sonidos son los protagonistas de este drama bien rodado que no siempre sabe trascender el simple concepto del que parte: la soledad que habita en todos nosotros, la insatisfacción de no ser perfectos.
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